Gastronomía en época de carnavales

Aunque muchos piensen que, una vez pasada la Navidad, la época de atracones por tradición se ha acabado, dejadme deciros que estáis en un error. Recordad que el calendario está lleno de fiestas populares, y que el pueblo llano, sin que haya muchas variaciones entre épocas y lugares, siempre ha pasado necesidades y por lo general bastante hambre; así que aprovechaba cualquier festividad para hartarse de comer, a la espera de la época de vacas flacas, que por desgracia siempre llegaba.

Y si hay una fiesta que tiene un carácter marcadamente popular, ese es el Carnaval. Esta fiesta, mezcla de religión y populismo, nació como una manera de hacer acopio de alimentos, alegría, bailes y derroche antes de empezar la Cuaresma. Cuarenta días antes de la Pascua de Resurrección debe guardarse ayuno, y además no debe consumirse carne los viernes, algo que para el precario menú del pueblo llano significaba una importante merma en su consumo de proteínas y grasas, con lo que la sensación de hambre era notoria; así, estas gentes aprovechaban los días previos al periodo cuaresmal para paliar esa carencia y hacer acopio en lo posible de todos esos elementos que luego les faltarían.

Claro que antaño estas cuestiones nutricionales importaban muy poco: lo que la gente sabía es que durante unos días, estaba permitido comer, beber, bailar y cantar todo lo que quisieras, sobre todo teniendo en cuenta el período de abstinencia que venía después. Así que aprovechaban todo lo que podían, con lo que empezó a crearse la llamada «gastronomía carnavalesca«, algo no muy oficial pero que en la práctica era muy real. Y tanto era así, que ahora existen tradicionales recetas para esta época, compuestas sobre todo de dulces, pescados y guisos contundentes con mucha carne y verdura.

Cocidos con legumbres y embutidos de cerdo son las principales recetas de carne que suelen comerse en Carnaval, tanto por su algo nivel calórico como por lo bien que viene en pleno invierno con bajas temperaturas. En el Sur de España son muy frecuentes las recetas con pescado, bien frito o cocidos, como los boquerones, camarones, erizos y ostiones. Y por toda la geografía peninsular abundan las recetas de dulces tradicionales típicos de esta época, como los pestiños, la leche frita, las tortas de Carnaval o los buñuelos; merecen un apunte especial la cuajada de Carnaval, un postre típico de Granada, preparado en gran parte con mantecados que habían sobrado de las fiestas navideñas.

Así que ya sabeis, no dejéis de comer manjares sólo porque haya pasado la Navidad; si se quiere, aún nos quedan unas semanas de poder seguir disfrutando de riquísimas recetas tradicionales.